lunes, 6 de febrero de 2012

Una noche en común

Han transcurrido horas y días enteros, su imagen aun la tengo presente como si acabara de suceder.
Ayer por la noche me dispuse a salir a un concurrido club nocturno, solo, como a menudo lo realizo.
En el momento de mi llegada se me atiende y se me asigna una mesa, enseguida pido una copa de whiskey,Pasa el tiempo y una tras otra se acaban las copas, hasta que un estado de ebriedad se hace notar.

Se ha acercado a la mesa, un joven pidiendo sentarse a mi lado, yo, como toda buena persona, he accedido. A primera vista se nota confiable.
Las horas transcurren, es impresionante la plática abordada. Rodrigo, el nombre de mi nuevo amigo, con 20 años de edad, alto, castaño, de un físico notablemente atlético, sencillo pero culto ante sus palabras.
La noche sigue a flor de piel, mujeres, amor, música, cultura, los temas discutidos por ambos. Hemos compartido sin fin de aventuras y desventuras, coincidiendo en muchos aspectos.
La juventud la hemos recorrido prematuramente. A nuestro lado perturban miradas desconocidas, hermosas vanidades femeninas pasan frente a nuestra mesa, sin enfocar la atención de alguna, son las 5:00 am y el bar está por cerrar.
Salimos entre picaras risas, no sin antes, pasarnos dirección y teléfonos, una noche más vivida en el abismo de la ciudad. Cada quien por su lado toma un taxi, el con dirección a Tlalpan, yo con dirección Reforma.
A duras penas bajo del taxi y abro la puerta, mi casa, un caos completo, las fiestas de mi padre una vez mas me desconciertan, mujeres, drogas, alcohol, orgias, todo se nota a leguas sin poder disimular.


En el primer momento en el que huyo de el alboroto, busco sin compasión alguna la puerta de mi cuarto. Caigo rendido hasta despertar con una resaca inconcebible. Por una noche olvide, la imagen de Wendy.
Ha sonado mi teléfono, para mi sorpresa es Rodrigo, no lo recordaba, pensé que era un compañero mas de la noche anterior. Me ha invitado condecoradamente a su casa, yo he aceptado, una distracción por la tarde no me hace mal. Me arreglo, bajo las escaleras y como de costumbre la casa hecha un horror, botellas, cigarros, vasos, prendas, todo tirado por doquier. Mi padre en la sala tirado con 2 mujeres a su lado.
Salgo de mi casa desconcertado, pero con una emoción inexplicable, tomo un taxi hasta la puerta de la casa de Rodrigo. Una casa desde su vista, antigua pero bonita. Toco el timbre y caigo de bruces, para mi sorpresa , me recibe una imagen que no creí volver a ver.

5 comentarios:

  1. WOW.... NO ESPERABA QUE LA SIGUIENTE PARTE ESTUVIERA ENSEGUIDA... PERO ESO ESTA BIEN... PORQUE SI PUEDE VER LA CONTINUACIÓN DE ESTA HISTORIA... PERO...

    ME QUEDE AUN MAS ENTRADO EN LA HISTORIA...!!! WOOOOOOOOOOW... MUY BIEN... PERO QUIEN ES LA PERSONA QUE VIO...??? NO DIGAS QUE ES...

    ESPERO LA SIGUIENTE PARTE DE TU BLOG RAF... ESTOY IMPRESIONADO... ESTAS HACIENDO UN BUEN RELATO...

    BY ARTURITO...

    ResponderEliminar
  2. ¡Vaya! que historia más impactante; como unos simples tragos hacen que tu destino se enfoque hacia un solo camino, muy adentrarte contexto.
    Siento que te acercas al cruce del umbral y obviamente empezaras a adentrarte en el camino de pruebas del personaje.

    Muy bien Rafael, espero con ansias tú tercer entrada.

    Atte: Guillermo Figueroa

    ResponderEliminar
  3. haaa :O esto se pone mejor en cada entrada, me gusta la manera en la ke lo relatas atrapas al lector :D ya kiero leer la tercer entrada esta de lujo la historia

    ResponderEliminar
  4. si estas dos entradas, fueran las primeras dos páginas de un libro, creeme que sin duda lo leería! muy muy bien Rafael, de verdad que... ahí está el talento! :D

    ResponderEliminar